sábado, 11 de octubre de 2014

Cielo de Vainilla


¿Que color tenía el cielo cuando eramos niños?¿alguien puede recordar?algunos ya lo olvidaron y para otros es solo un recuerdo;estoy segura que los niños ven el cielo matizado con los colores de sus dulces preferidos,y la mayoría de dulces (en especial los deliciosos helados) tienen el sabor y color de la vainilla,así pues seguramente el cielo adornado con sus nubes,sol y luna,para los niños ha de tener el color de la vainilla y más,solo basta con acercarlos a la naturaleza y observar como la miran,sus rostros se vuelven una gran sonrisa siempre y es imposible nos verlos salir corriendo y querer entregarse a las maravillas de la creación intentando fusionarse con ella,como no deducir entonces que no ven el cielo de una forma tan especial.Pero que hay de nosotros los que ya dejamos de ser niños ¿de que color es nuestro cielo?,me pregunto en que momento de nuestras vidas el cielo se torna blanco,negro, gris,opaco,sin color o hasta dejamos de mirarlo y ya olvidamos que matices ponerle,¿vale la pena dejar de mirar al cielo con ojos de niño?¿es acaso que crecer siempre significa dejar el cielo de lado?¿es el cielo el que pierde solo su color ante nuestros ojos o somos nosotros quienes se lo quitamos?¿permitimos que nuestras decepciones nos marquen tanto como para arruinar nuestro cielo?¿en que momento despintamos el cielo y lo cambiamos por inquietudes e incertidumbres que solo son lapices negros que opacan nuestros días?,las respuestas supongo son múltiples ya que dependen de la experiencias individuales y de cuan involucrados estemos con la vida misma,pero una vez leí por allí que la vida siempre es cuesta arriba,pero que la vista es ¡genial! y creo que esa vista está allí siempre a nuestro alcance solo hay que atrevernos a pintar,nuestro Cielo de Vainilla.

Flores de mística y sagrada fragancia que evocan recuerdos,
son las memorias de vainilla,

Su perfume te muestra el otro lado del espejo,
mejor que besos y palabras....

Si a nuestro cielo vienen aves tristes del pasado...
¡Ve y persigue el sabor de la vainilla!

Y si sientes la amargura de regresar a casa solo...
¡rememora el aroma de vainilla!

Recuerda que sin lo amargo,lo dulce no es tan dulce...
¡construye sueños de vainilla!

¿Y qué es la vida sino la persecución de un sueño?

¡Son las memorias de vainilla!

Luna de Plata
Derechos reservados

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