Que las horas no avancen inexorables en el bosque de mi ya marchito pecho,
que solo el viento dance acariciando mi rostro en espera de la noche
noche de mascarada febril donde el cuerpo fallece,
donde el alma renace,cuando alcanzamos libertad.
Interminable carnaval infame es la vida,
mas que mis manos no caigan al finalizar el día,
que mis ojos no se cierren al caer la noche,
que mis labios no se sellen al sentirte lejos.
Aunque tarde la noche en caer,
aunque tarde la luna en salir,
aunque tarde la muerte en llegar.
Que la vida siga siendo vida tras la mascarada,
mas allá en la eternidad.
Roxana A. Beloglio
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