miércoles, 1 de febrero de 2017

El último Browning para Rose

Fotografía de Lee Avison
Solo aquí y frente a un papel,luego de escribir por necesidad,
tu allí,yo sola ante la antártica cuajada,mientras el mundo y la ciudad
arden ante el Nerón enloquecido;y si estas historias fueran utopías yo no te habría
esperado cada sábado de garúa como siempre lo hacía,mirando tus manos delgadas
entrar y salir de tus bolsillos.

Pero ya no estabas mas en mis caminos,mi querido Browning, 
con esos cabellos alborotados,y yo tu Rose me quedé sola escribiendo
estos poemas con el ruido del florecente,llamándote,
gritando tu nombre sobre el papel.

Otra vez me quedé sola sobre la hierba,sobre nuestros castillos de sueños
derrumbándose en el agua del océano.Recordando siempre aquella lejana música que dijiste te gustaba y luego no hubo mas música,ni mas nada.

¡Ah! Browning,nada es tan terrible como este silencio que estalla en el papel,
me parece poseer el ánimo del invierno en cada verso que es amante solitario.

Recuerdo encaminándonos a un paradero al que ninguno quería llegar,
solo contigo Browning,abrazados en la humedad de la calle,con un amuleto 
y estas páginas mal escritas,que ahora deshecho para bien de nosotros.

Porque todo y nada se destruye;
humedecimos nuestros cuerpos en una jornada que nunca fue nuestra.
Allí juntos escribimos nuestra trágica historia de Erich Segal.

Aunque siempre tenga que recordarte como mi Browning,a quien
conocí con un blue jean desteñido y zapatillas de Charlot,
 besándome bajo la sombra de Descartes

Y Aquí,siempre aquí tu Rose,
que no soporta la distancia,la música,ni nada,
y aunque Stendhal siga diciendo que el tiempo no pasa,
sé que esas horas en aquellas calles no han de volver.

Y no han de volver tampoco las cosas que amamos juntos.
No han de volver Browning,
el fin de la historia es simplemente decirse Adiós
encima de lo que alguna vez nos mantuvo unidos bajo la brisa del invierno.

Pero estuvimos juntos,juntos como la proyección de luz que salía de tu rostro 
sobre una vieja pared,bajo aquella luna llena de setiembre cuando nos dijimos adiós sin mirarnos
y nuestras espaldas fueron paredes repletas de soledad y el verso era un puñado de sentimientos rodando por las calles sin sentido,sin explicación.

¡Oh! Browning,ya no te buscare en la oscuridad de un cine,
ya no me encontrarás en el salón de un café,
solo mi cuerpo quizás esté presente.
Ya no te veré iluminar mis ojos  porque no te miraré;
ya no iré en busca de tus sueños donde cobijaste algo de mi.

¡Oh! Browning esto quiere decir que ya no volveré a reír con tu sonrisa,
que no volveré a pasar mis dedos por sobre las lineas de tu rostro
 o a caminar bajo la luz intermitente de aquellas avenidas.

¡Oh! Browning ya no habrá mas parques de sueño,vagando por las calles
 buscando el camino de hierbas como Walt Whitman.

Es todo este desorden que nos aparto el uno del otro,
después de todo es lo mejor para nosotros
 y a eso que llamamos amarnos y fue una mentira mas
en estos poemas sobre la soledad.

¡Oh! Browning entonces ya no serás mas 
y este será el último Browning para Rose.

Luna Roja
Adaptación

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