Fotografía de Jessica Drossin
Hablaba con su sombra y la cuidaba como si se tratara de su propia alma.Le habían visto trasnochar,liarse y embriagarse con ella
La gente cuenta que cuando él murió,ojerosa y oscura,como enlutada,su sombra permaneció mucho tiempo en cuclillas custodiando la casa donde lo velaron.Nadie osaba acercarse,ni los perros.
Al cura le pidieron que la ahuyentara con agua bendita,pero éste explico que cuando la sombra sobrevive al finado es porque Dios lo quiere así,y no es bueno contrariar la voluntad del señor.
Un día vieron a la sombra toda encanecida,blanca,levantarse y andar sin rumbo hasta confundirse con la niebla que emanaba de los cipreses.
Arturo Corcuera
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