Un minuto de mi eternidad daría,
tan solo por remontar el vuelo
allá donde el sol es eterno,
allá donde mi alma florece,
allá donde la luna nace y se hace poesía.
Un minuto de mi eternidad daría
por condensar el mar en una lágrima,
por hacer que el fuego de los ojos
abarcase el universo.
Un minuto de mi eternidad daría
para darte en cada recuerdo mío un beso,
como remolinos del viento que encontramos
en las tierras del recuerdo,
transmutar con un beso
el infierno en paraíso.
Un minuto de mi eternidad daría,
para sentir por fin que he vivido
para sentirme cubierta por fresco rocío,
para darme aunque me pierda.
Cuando floresca la esperanza
en mi balcón al medio día ,
un minuto de mi eternidad alegre daría.
Roxana A.Beloglio
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