Hasta que las madreselvas caigan
y el invierno pinte de nieve mi sien,
guardare entre mis labios las aves
que jamas volaron hacia ti.
Hasta que las madreselvas se desprendan
pintara mi pecho el sunset
desertor del amor,
oscuridad descendiente
sin recuerdos ni verdad.
Hasta que las madreselvas se abatan
y el tiempo inexorable ya no exista,
tu amor sea un recuerdo de la virtud impenetrable
en el ancho mar de mi muerto ser.
Hasta que las madreselvas rueden
en el camino errante de mi vida al anochecer,
tu silente,
yo distante,
madreselvas cayendo y muriendo por volver.
Roxana A.Beloglio
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